CARPE DIEM - ENTRE AMAPOLAS
He alcanzado a entender
la codicia y los deseos
de mi libertad fraguada
entre dolores y ensueños.
Ahora, al fín, ya sin yugo
sin verdugo, ya sin dueño,
me perderé entre amapolas,
entre olivos, entre almendros.
Quiero calentarme al sol
en estío o en invierno.
Quiero diluirme en la lluvia
desnuda de alma y de cuerpo.
Ahora, al fin, han cambiado
todas las reglas del juego.
No necesito permisos:
ya soy dueña de mi tiempo.
De los instantes fugaces,
de los minutos eternos.
Floreceré con los vivos,
no lloraré por los muertos.
Ya no pertenece a nadie
ni mi mente ni mi sexo.
Para encontrar mi mitad
me basta con un espejo.
Derramaré dulce lluvia
sobre los páramos yermos.
Amelia Díaz

Extraordinario!
ResponderEliminarErnesto.
Muchas gracias Ernesto yo sabia que os gustaría este poema porque Amelía es una gran escritora, un saludo, y hasta pronto.
ResponderEliminarROSA
Jooo...muchas gracias a los dos.
ResponderEliminarSiempre me sorprende que mi poesía guste.
Muy agradecida.
Un beso
Hola Amelía, gracias a ti por compartir tu talento conmigo y con mis lectores, un beso, hasta pronto.
ResponderEliminarROSA
MUY BELLO POEMA AMELIA, PERO, ¿ES TAN ASÍ?
ResponderEliminarPERCIBO UN DEJO DE TRISTEZAS EN TUS FRASES.
¿ME EQUIVOCO?