
Idurre.
Que repiquen las campanas,
entre las calles viejas.
Que veamos los mirlos,
desde el puente de madera.
Que la tarde caiga,
sobre el nido de cigüeñas.
Que la luna bañe,
la torre de la iglesia.
Que callen los sueños,
que la vida empieza.
Ernesto

Bonito poema! me gusta mucho venir a tomar cafè tu lado!
ResponderEliminarBesos!
Hola Mayela, muchas gracias en nombre de mi amigo Ernesto que es el autor de este poema, gracias por visitar de nuevo mi Revista, un beso, hasta pronto.
ResponderEliminarROSA