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jueves, 11 de febrero de 2010

PROMESAS


PROMESAS

Como cada noche salia un barco lleno de inmigrantes ilegales de Marruecos, en el viajaba un joven llamado Said con los mismo sueños e ilusiones que todos los demás que iban con el.
Le había constado meses de trabajo en su país para conseguir un pequeño rincón en la bodega sin ni tan siquiera una silla para sentarse.
Pero el estaba muy feliz, quería darle a su familia algo mejor que lo que tenia en su pueblo.
El patrón les había prometido un trabajo al llegar a tierra con un contrato y documentación, pero ni el, ni los demás podían imaginarse lo que les tenían preparado para todos ellos.
Después de un mes en el mar casi sin comida ni agua, su cuerpo estaba muy debilitarse, por fin llegaban a tierra sin fuerzas, a una isla que ninguno de ellos conocía.
Said se asusto a sus quince años estaba rodeado de hombres que le apuntaban con pistolas y los trataban como esclavos.
Los llevaron a todos a una especie de cárcel, donde los seleccionaban según su edad o su salud, uno de ellos intento revelarse y si mediar palabra lo mataron de un disparo en la cabeza.
Pero su pánico se incremento cuando vio como en una gran tumba común arrojaban los numerosos cuerpos que ese grupo de asesinos mataba casi a diario.
Al cabo de unos meses si saber nada el hermano mayor de
Said empezó a preocuparse se sentía culpable por no haber podido ir con el.
Sabia que el viaje de su hermano pequeño era ilegal y que era muy arriesgado, pero otros amigos de el habían llegado a encontrar trabajo y les escribían a sus familias.
Lo que no podía imaginarse era que aquellos hombres que tenían secuestrados a Said y a todos los demás les obligaban a escribirles cartas a sus país para que su familias no se dieran cuenta de lo que estaba pasando.
El hermano mayor del joven decidió hacerse pasar por un inmigrante mas que buscaba trabajo para poder entrar en uno de esos barcos.
Cuando finalmente llego a la isla reconoció a Said y al cabo de unos meses en un descuido de uno de aquellos hombres se lo llevo de allí en un pequeño bote.
Durante días vagaron por el mar sin rumbo pero por suerte un pequeño velero de unos turistas los encontraron y los llevaron hasta un hospital.
Cuando se recuperaron denunciaron todo lo que les había pasado, las autoridades fueron hasta esa isla y rescataron a todas las personas que allí había.
Por fin el joven Said y su hermano Ahmed estaban juntos otra vez, y en un país donde sus sueños y las promesas podían hacerse realidad.

ROSA PEREZ REPULLO

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